Antonia egresó de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago en el año 2023. Actualmente, trabaja en lo que ella describe como el trabajo de sus sueños en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Plebiscito de salida en Chile y el 'País de Octubre'
El rotundo rechazo frente a la propuesta de un nuevo texto constitucional en el plebiscito de salida en Chile, realizado el pasado 4 de septiembre, ha sido un evento inesperado por la magnitud de la derrota, y catastrófico por sus efectos de mediano plazo para el Gobierno del presidente Boric. La magnitud del triunfo de la opción Rechazo cercano a 23 puntos porcentuales (Rechazo, 61,86% y Apruebo, 38,14%) superó todas las proyecciones de las semanas previas, en las que se estimaba la ventaja del 10% e incluso menos. Este resultado también revela la declinación de la retórica refundacional surgida desde el "Estallido Social" de octubre de 2019, entre la nueva generación de políticos del Frente Amplio (FA) y del bloque oficialista de Apruebo Dignidad (AD).
Esta generación del "octubrismo" ha tenido como ethos una definición crítica del proceso de transición a la democracia en Chile, así como de los gobiernos de los últimos treinta años, con una marcada retórica antioligárquica, que se tradujo en desconfianza, en rechazo hacia los partidos históricos y en una firme voluntad refundacional. La acumulación de triunfos de este sector permitió que se superaran diferencias generadas entre organizaciones del Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista (PC) por el apoyo de Gabriel Boric al Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución en noviembre de 2019, junto a los partidos de izquierda tradicional que formaron parte de la Concertación.
En esta perspectiva, la fisura estratégica entre "octubristas" y "noviembristas" reflejó tesis políticas contrapuestas dentro del progresismo emergente, respecto de la efectividad estratégica de la protesta multisectorial y de la vía institucional. Por todo esto, los resultados del Plebiscito del pasado 4 de septiembre, representan un cambio relevante en el mediano plazo, tanto en la dirección del proceso constituyente, como en la trayectoria del proceso político en Chile.
Asumiendo que el Plebiscito de entrada y el Plebiscito de salida han sido dos momentos políticos diferentes, la pregunta de cómo la fuerza inicial del cambio se transforma en debilidad entre 2020 y 2022 (Véase gráfico 1) tiende a ser respondida de tres maneras. Existen quienes creen que el principal determinante "endógeno" de los resultados del triunfo del Rechazo el 4 de septiembre ha sido la caída en el apoyo del gobierno de Boric y la "contaminación cruzada" con la propuesta de nueva Constitución. Otros, sostienen que el contenido del texto ha generado incertidumbre y temor en una parte mayoritaria de la ciudadanía, lo que parece una explicación incompleta considerando que no más de 30% de los y las ciudadanas leyó el texto en su totalidad. Asimismo, se ha explicado esta derrota del Apruebo como resultado de reiteradas extravagancias y un voluntarismo sobreideologizado carente de realismo político en sectores del "octubrismo" instalados en la Convención.
Sea cual sea la perspectiva, la caída del impulso al cambio constitucional entre 2020 y 2022 es notable. Si bien se trata de consultas diferentes, en contextos distintos, constituyen un proxy de la tolerancia al statu quo en la sociedad chilena. De acuerdo con los datos del Servicio Electoral (Servel), se produjo una disminución del Apruebo en -40% a nivel nacional entre 2020 y 2022, con menores niveles de desgaste para esta opción en la Región Metropolitana de Santiago (-35%) y un máximo de pérdida de votación en las regiones de Antofagasta, O´Higgins y Maule. (-47%) (Ver Gráfico 2)
Desagregado por unidades territoriales, (Gráfico 3) los resultados muestran una amplitud mayor en el triunfo del Rechazo en las regiones de Arica y Parinacota en el Norte de Chile, afectadas severamente por la migración ilegal, el narcotráfico y la violencia criminal. Asimismo, se observa los mayores niveles de votación para el Rechazo en las Regiones del Sur del País, específicamente, en aquellos territorios donde se viven las consecuencias del conflicto mapuche, de la violencia rural, del narcotráfico y de las reivindicaciones territoriales con alta afectación de las actividades económicas y de calidad de vida. Además, se debe considerar que entre las regiones de Maule y Los Lagos vive la mayor parte de la población Mapuche dentro del país.
Como resultado de esta derrota, los cambios en el comité político del Gobierno de Boric, especialmente el reemplazo de la Ministra del Interior Izkia Siches por Carolina Tohá, militante del Partido por la Democracia (PPD), y del ministro Giorgio Jackson en el Ministerio Secretaría General de Gobierno (SEGEGOB) por Ana Lya Uriarte, militante del Partido Socialista (PS), reflejan este cambio en la orientación política del gobierno y el abandono del "octubrismo". Los ministerios de mayor relevancia política (Interior, SEGEGOB y Hacienda) quedarán en manos de liderazgos de la izquierda reformista heredera de la antigua Concertación. Ciertamente, para sectores del "octubrismo" estos cambios mayores en la orientación estratégica del Gobierno podrían ser vistos como una capitulación estratégica de Boric después de la catástrofe del Plebiscito. Sin embargo, el retorno del realismo político resulta imperativo para un gobierno minoritario amenazado por las extravagancias y optimismo desmedido del "País de Octubre", porque ni las restricciones políticas desaparecieron después del estallido del 2019, ni tampoco el país será radicalmente distinto al de los últimos 30 años después del Plebiscito del 2022.